La ciudad de Bogotá se encontraba cubierta por una densa neblina, como si la misma ciudad estuviera velando sus secretos. Jon Carlos Londrino, un joven periodista de 25 años, caminaba por las calles empedradas, tratando de encontrar su próximo encuentro. Sus fuentes le habían dicho que un empresario expansionista planeaba construir un complejo de entretenimiento en el corazón de la ciudad, arrasando con el barrio histórico que muchos venían a visitar año tras año.

Mientras miraba a su alrededor, Jon se fijó en una figura que resultó ser un hombre con una entrada a la boca y ojos fríos. Esa cara se le había aparecido en sus sueños solo unos días atrás. ¿Era una simple coincidencia o era algo más? No tuvo que pensar demasiado ya que este hombre se acercó a él y le dijo con la voz más serena del mundo: “Jon Carlos, vengo a llevarte al corazón del misterio, donde encontrarás la respuesta a las preguntas que tanto te inquietan desde hace tiempo”.

Con una cierta dosis de curiosidad y un poco de temor, Jon Carlos Londrino se puso a seguir a este enigmático personaje, quien conduciría al periodista a entrar en un mundo de conspiraciones, poder e intriga. Allí, se encontraría rodeado de drogas, tráfico, vicio y corrupción. Jon sabía que necesitaba hacerlo, por su vida, por la prensa y por la ciudad, donde el tormento que brotó de los cimientos batía fuertemente cualquier noción de justicia. Se trataba de un país con irrespeto pèro este personaje con diana en bruises,JON estaba+decidido a encontrar la verdad.