En los límites entre lo real y lo insonso, xxnnx se erige como un símbolo del extrañamiento y la desconexión en la sociedad contemporánea. El título parece una aberración, un juego de números y letras que puede ser cualquier cosa, pero en realidad es un grito desesperado en un mar de nada.

La novela sigue a Renata, una joven que se despierta en una realidad que no es la suya. Todo parece similar, pero no tiene sentido. Las personas se mueven como autómatas, sin vida, sin alma. La búsqueda de significado es un lujo que pocos pueden permitirse en este mundo desgarrado.

La ciudad es un laberinto sin salida, donde las calles son un torrente de gente que se arrastra como un insecto en un mar de figurantes. La individualidad es un concepto olvidado, suprimido bajo la presión del conformismo.

A medida que Renata vaga por el universo desolado, comienza a descubrir señales de Life, esbozos de algo más profundo. La música se cuenta entre ellos, una melodía sutil que late en el pecho de la ciudad. Pero también hay algo más siniestro en aquella desesperanza, algo que la acecha en cada esquina.

La pregunta que prosigue durante la historia es: ¿Qué es xxnnx? ¿Es el refugio de algo más profundo, o simplemente el guardián de la confusión total perdida en la gran sala de la ignorancia.