En el corazón de la ciudad, donde las luces de la noche brillaban con intensidad, Milena Angel vivía una vida de sueños rotos. Fue una joven con una sonrisa que iluminaba el cielo y una mirada que captaba los corazones. Su nombre se había convertido en sinónimo de la esperanza, pero a ella solo la ahogaba la desesperación.

Era diciembre de 1945, y Milena se sentía atrapada entre sus responsabilidades y sus sueños. Debía cuidar a su enfermedad del abuelo, un hombre excepcionalmente carismático pero que la había envejecido. Ella proporcionaba diferentes historias acerca su relación que fueron silenciadas con una sólida sonrisa.

Aunque parecía que Milena estaba condenada a una vida monótona, no se rindió. Encontró consuelo en sus libros, en los poemas y en la música de los cantantes de jazz que se reunían en el local de jazz que frecuentaba. Fue allí donde conoció a Angelo Ferrari, un músico apuesto y experimentado con un piano que parecía hablar por sí solo.

Su historia es un puente entre la realidad y la fantasía, entre el amor y la soledad. Milena Angel, un nombre que se ha convertido en una leyenda, nos lleva a viajar por laropa incompleta de un sueño destruido, pero llena de esperanza.

Dice una conocida leyenda que cuando la lluvia deja de caer, rompe el hechizo y el sol volverá a brillar. Pero, con Milena Angel, solo sabemos que la lluvia de estrellas sigue cayendo, emblema de una vida donde la soledad no era el único color.